He estado una semana fuera, viajando y trabajando a la vez.... Esas cosas
que me gustan.
Realmente es algo bello viajar, ¿verdad?
Te hace ver todo diferente,
disfrutar, pensar....
Yo aunque haya trabajado he disfrutado y sufrido a la vez, es lo que tiene estar
pendiente de mil cosas a la vez y de 53 personas que necesitan de tu eficiencia
para que todo salga bien.
Pero en este caso ha sido diferente... De esas 53 personas ya conocía a más
de la mitad, ya había viajado con ellos, compartido otros parajes y eso ha
hecho que haya sido más fácil encontrar el rumbo dentro de un viaje que a veces
parecía caótico.
Realmente, es en esta clase de recorridos en los que te das cuenta de lo que
aportas a las personas, de lo que disfrutan de tu compañía, de tu cariño y de cómo
eso tapa cualquier mínimo fallo que puedas tener.
Ha habido personas que me han apoyado, personas que me han puesto a prueba a
cada segundo y personas que me han hecho darme cuenta de que me sigue gustando
esto de viajar y trabajar a la vez tanto como el primer día.... Eso da un poco
más de rumbo al asunto, ¿no creéis?
He disfrutado finalmente de su gratitud y quizás vuelva a coincidir
con ellos en alguna otra aventura. Realmente eso espero.
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